martes, 6 de enero de 2015

Límite 33

El limite, ese área tan difuminada que dicta la separación entre blanco y negro. A veces, no hay que complicarse tanto para pisar la meta... La respuesta está en la pequeña diferencia, en esos detalles que marcan la puta diferencia. Porque muchas veces de eso se trata, de ese suspiro, de ese ascensor que no cogiste o de esos segundos que se te escaparon mientras te frotabas los ojos.

Ahora sé que ése fue el error, lo que hizo que todo anduviera perdido, sin dirección ni rumbo, sin más brújula que un recuerdo que se esfuma a cada segundo y del que cada vez más detalles se escapan. Por eso, en este preciso instante sé que, por muy difícil que resulte de admitir, estaba equivocado.

Prefiero conformarme y consumir las horas con ese recuerdo antes que naufragar en la barra de cualquier bar, ese tiempo lo gano conmigo musitando aquella canción que hace, más aún, que te eche de menos en este invierno helado.